De pronto una metáfora asoma difuminada,
no la espero, es inexacta, diría que inadecuada:
“Yo estaba allí, esperándote en la vida,
yo estaba allí, en el invierno del andén que ama,
éramos uno solo, palabra y cuerpo, soplo al alba,
yo te daba poesía de otoño, si tú me dabas el alma....
Y entonces fui lo que quisiste que fuera:
una estación con parada".
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