sábado, 8 de enero de 2011

La lucha


Estoy agotada...
Lloro a escondidas de él...
Parecía ausente...controlada...
y hoy ha vuelto a aparecer.
Enemigo que no se ve;
voces negras que sólo escucha
el que sabe de la lucha
que libramos cada día,
sin remedio, sin salida,
sin poder vivir tranquila
con la persona que más amo...
Él jamás me haría daño,
pero... a veces... él no es él.

Decir cosas sin sentido,
soñar despierto sin quererlo,
temer a todo... y a la nada...
Pero sigo enamorada
del que sé que es un gran hombre,
que daría por mí su vida,
que le duele el día a día
de su mente traicionera...

Enemigo: sé tu nombre.
Sé tus juegos y tus tretas...
y le serviré de arma
que él empuñe convencido,
para vetar tu cruel camino...
para hundirte en el olvido...
para callar tu voz maldita.

Cuánto dueles... sin sufrirte.
Apareces sin un por qué.
Nunca dejarás de irte.
Yo lo sé... y él también...
Pero no dudes por un momento,
ni por un momento sólo,
que abandone a quien castigas,
o porque diga lo que digas
yo piense que esté loco...
Tú lo enfermas... eso es todo.

Te librarás de mí si muero,
pero, hasta que ese momento llegue,
no lo olvides, tenlo presente:
Para ti seré de piedra, 
seré de hielo, seré su fuego.
Seré el escudo que lo proteja...:
 
Seré la espada de quien más quiero.

A Luisa (Porque el amor sí calla a la esquizofrenia)

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