sábado, 26 de febrero de 2011

Poema (Lau Da Rocha)


Sitiados los puertos, me resto el mar.
Inútil el ancla, mis brazos son velas.
Hundí eltiempo en el mar,
al menos por un tiempo.
El agua comienza a contarme el secreto
con el que moja al navegante.
Y en el andar de las aguas
la sangre no seca.
Observo a la vez una liquida advertencia:
quien no se atiende desborda.
Ahora trasciendo un pasado horizonte,
y en mis pupilas se dilata el horizonte intocable.

1 comentario:

  1. ‎"...quien no se atiende desborda." Líquida advertencia - presagio, premonición, sentencia… Me gusta la fuerza de tu poema, Lau.
    Luz María López

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