Te oigo respirar,
respiración leve,
un algo afanoso,te acaricio despacio
la cabecita,
abandonada
en el palmo de mi mano,
y oigo la vida,
la tuya.
agarrada todavía,
a aquella mía.
Y veo, te veo
qué corres alegre,
os volvéis, sonríes, voces,
como sabes hacerlo tú
me lanzas una invitación,
jugando a esconderte,
desapareces tras un seto,
y luego reapareces
sobre una colina,
alegre y feliz
más de antes.
Y todavía me veo
a tu cadera,
en las carreras en ribera al mar,
me veo,
a la vuelta de un viaje
cuando me sentiste llegar
del ruido del mío
paso cansado.
Y mientras rápido,
baja
el río de emociones,
experimentadas,
compartidas,
siento que el último viaje
lo harás sola,
dejándome
un vacío denso de añoranzas,
de cosas que pudiera hacer,
y de palabras,
qué habría sido mejor
no digas nunca.
Tu respiración está volviéndose
un anhelo,
un sumiso saludo,
y la memoria, la mía,
es cruel,
no deja espacios
a arrepentimientos,
solamente
el tiempo de un
beso,
una última caricia,
y luego
vas fuera.
Adiós Camila,
mi dulce, alegre, fiel
amiga,
de juegos y de aventuras,
compañera silenciosa
en mis amarguras,
adiós,
mi dulce Perrita,
me faltarás.
VIENTO
ResponderEliminarCielo claro,
ni blanco ni azul,
esfumado por el viento.
Mirada fija,
contemplado el firmamento
banco en el parque
mirada tumbada.
Viento fresco,
de mayo avanzado,
sacude las frondas,
las acacias y las palmas
bailan esbeltas y graciosas.
Jardín redondo.
Viento leve,
alegre, lo siento,
la cara acaricia,
desordena el pelo,
me escapa una sonrisa,
está cargado, hinchado,
preludio de verano.
Viento corrèo,
entrega recuerdos,
perfumes,
promesas fallidas,
historias de ayer,
susurros de brujas,
suspiros de hadas,
vidas perdidas.
Viento,
revelas,
un sol que baja
escondido entre las ramas,
aparece y desaparece,
qué cosa esconde.
Viento en el parque,
fuente sin agua,
sirena en el centro,
reina de piedra,
insensible
a pasos y a quejidos.
Viento lisonjea,
cómplice,
de sueños y de viajes,
aliento fresco,
mantiene secretos,
disfraza engaños.
Cielo gris,
ahora compacto,
el viento
de golpe se ha apagado.
Quedo tumbado,
nariz al firmamento
las frondas y las cabelleras
descansan,
descansa la mente,
los ojos son cerrados,
los pensamientos dejados
en el viento.