I
Mustios pétalos de rosas,
un poema distraído
sin fortuna;
viejas letras sinuosas,
recobradas al olvido
una a una.
Descubriendo sus palabras
leve música en las fuentes;
los colores
anegaron las macabras
oquedades. Sonrientes…
desertores.
I I
En la noche oscurecida
resplandece brava estrella;
fría luna,
centinela entumecida,
piel remota, gris doncella
que importuna.
Glacial sombra, las siluetas
dibujaban un contorno
de dolores,
desdichadas marionetas,
anhelando, el retorno
de las flores.
I I I
Una suave indiferencia
un afable resquemor;
jamás ninguna
lealtad, ni transparencia,
denotaron el favor,
en parte alguna.
Comedidos adversarios
desdeñada la contienda,
sus honores;
unos versos solitarios
que prometen una enmienda.
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