Adrián comía rápido.
Adrián comía tan rápido que apenas utilizaba quince minutos
de la hora y media que les daban para almorzar.
Era el primero en regresar y se ponía a dar vueltas entre escritorios.
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Ana también comía rápido
Ana comía rápido pero almorzaba muy lejos.
Entraba corriendo a la oficina imitando el sonido de un reloj acelerado con el taco de su zapato.
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Ana siempre llevaba un lápiz en la mano dándole vueltas con los dedos.
Lo enfundaba en su cabello luego lo sacaba y anotaba algo
con el lápiz que despedía aroma a su shampoo.
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Adrián regresaba temprano a la oficina y cuando Ana se descuidaba
robaba el lápiz con el que Ana anotaba cosas durante el día
y lo guardaba en su cajón.
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Ana preguntaba si alguien había tomado su lápiz y como nadie contestaba
buscaba otro del almacén.
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El día en que Ana abrió el cajón de Adrián
advirtió seis docenas de lápices que olían a su shampoo.
Adrián fue suspendido por unos días, pero no volvió
Ana, meses después, dejó la empresa
no se volvieron a cruzar.
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Hoy Ana vive con David. Adrián festeja cumpleaños junto a Jimena.
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Ana no sabe
pero cuando Adrián le hace el amor a Jimena
Adrián piensa en aquellos lápices enredados en su cabello.
Y Adrián no sabe
pero cuando Ana le hace el amor a David
Ana piensa en el cajón de Adrián lleno de lápices con olor a shampoo.
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