miércoles, 28 de septiembre de 2011

El onírico dialecto de la bruma (Sociedad de poetas anónimos II)

En los ojos del lago
sobrevuela una brizna de mística esencia,
un brillo de alma extasiada,
la verosimilitud imperceptible del universo
y la conciencia misma de la nada.
En los ojos de la ternura, en cambio,
se adivina una dulce infusión de vida
entendida esta como un sinuoso y serpenteante
camino lleno de murmullos.
Pero solo en una densa y férvida neblina
que se escurre entre la luz,
sobre suaves, apetecibles y sedosas sábanas
de seducción onírica
y entre mil paredes húmedas de rocío,
puede alguien encontrar el verdadero
dialecto de la bruma
desbrozando sinfonías naturales
y adhiriéndose con fervor pasional
a la piel del alma.
Sí, solo en ella,
en aquella neblina densa y opalescente,
que difumina la membrana
dulce y desvelada de la luz lunar,
puede algún día alguien encontrar,
por fin,
su propia sombra.

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