jueves, 29 de septiembre de 2011

Diario de un hombre infielmente solo (Celsy Reza Novoa)

Me gustaría esta noche, antes de hacerlo contigo decirte tantas cosas,
decirte, que aunque trabajes en la profesión más antigüa  del mundo,
puedo contemplar tus ojos tristes, esa mirada cansada tras acostarte
en la noche con diez hombres...

Que en ti no toco solo carne, también percibo el tacto de tu piel suave,
que siento placer cuando desencajo tus gestos y me alegras con esa
sonrisa que muchas veces no me merezco...

Me gustaría contarte que se de tus tristezas, que tu sueño sería que te
arropara en la noche, que aunque entre nosotros no hay saliva ni lengua,
ni vientre ni espalda, nada se compara con la mujer que amo y su excitada
calma...

Que escucho los suspiros desgastados de tu boca, que no tienes familia ni
amigos, solo por ser prostituta, que vine a ti un día, para saciar mis ansias
de sexo, y te encontré mujer, persona... y eres la mejor y por eso hoy te
respeto...

Si..! que te respeto y vivo momentos hermosos contigo aunque al final te
pague por ello, que me gusta cuando soy tu confidente, que tienes el alma
y el corazón muy grande...que cuando charlamos después de... a veces tengo
ganas de besarte, que no te siento mujer en venta y menos un pedazo de carne...

Me gustaría que supieras porque a veces te busco, que algo necesito de ti que
en casa me está faltando, que tú interpretas mis silencios y sin apenas conocerme,
enseguida me estás amando...

Que las mujeres como tú, no merecen el infierno, ni los hombres como yo, una
mascara para ir al cielo...porque tú tienes el tiempo que ella no me dedica, Antes
llegaba a casa y a mi cuello se aferraba, respiraba de mi aliento, abrazados
tomábamos rayos de luna y en su fatiga y mi euforia nos amábamos con locura...

Me gustaría decirte esta noche antes de hacerlo...que aún sin conocerte, cariño te
tengo, porque interpretas mi necesidad y explotas a mis palabras, en ti ni en mi hay
regazo...no hay apego...pero si a veces muchas lagrimas.

Que te escucho cuando me hablas y me dices que soy dulce contigo, al contrario de los
hirientes fuertes y grandes que solo ven en ti un objeto, que ignoran tu vergüenza, tu
cansancio, tus gemidos y palabras, que solo quieren tu cuerpo y te dejan despoblada...

Quiero que sepas antes de hacerlo, que tu corazón no se compara con tus pechos, que
no conozco el color de tus ojos, ni los días de tu regla en los que necesitas silencio, ni
los gustos por las comidas, no se que número calzas, si tu color preferido es el negro,
e ignorando tantas cosas, aún así te respeto...

Y aunque no trenzo tu hermoso cabello, ni me acuno a ver la tele en tus brazos,
siempre, siempre sabes lo que quiero, y ahora en casa algo me falta y por alguna
razón de peso, vengo a ti en mi soledad, sin tan siquiera exigirte un beso...

Me gustaría decirte que esta noche me siento solo, que necesito que me escuches y me
consueles, que tampoco somos tan malos los hombres infieles. Que hoy necesito a mi
Diosa con sus palabras de afecto, con su bata sensual negra y una caricia mentirosa...

Que sepas que entre nosotros no habrá ni ayer ni mañana, que nuestros bocas nunca
sentirán los alientos, que no enlazaremos las manos en el parque, que nunca
extrañaré tus pestañas...pero si que me gustaría abrazarte una mañana como con
ella haría, que la amnesia de los años no me pasara factura, que durmieras en mis
sueños cada noche, calmaras esta soledad que siento y te abrigaras a mis deseos
de locura.

1 comentario:

  1. Un relato cargado de poesía, pero sobre todo de realidad. Son muchos los infieles que sin quererlos justificar entiendo, ya quisiera yo que todas las prostitutas tuvieran clientes de ese tipo que tu hablas.
    Muy hermosas tus palabras Celsy, un placer leerte.

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