martes, 20 de diciembre de 2011

El dolor de una condena ( Maria Jesús Soriano)

Cuantas lágrimas contenidas
Tras el muro cristalino
De unos ojos apagados
Silenciados por el dolor.
Fingiendo sonrisas
Que ocultan la cara,
Oculta de las heridas,
Que se ciñen
Como espinas
Clavando sus párpados
A cada impulso
El iris que va perdiendo
Luz e ilusión.
Los suspiros son cada vez más profundos,
Más necesarios,
El alma se ahoga,
Ya no aguanta la pena.
Vivir encarcelada,
De un momento a otro
Será evidente
Y tras los barrotes
Se oirán los gemidos
De dolor y el llanto.
Los gritos que liberaran la pena
Y la condena
Será para entonces oficial.
Las lágrimas seguirán
El curso de las mejillas
Y el sollozo se romperá
En la garganta con gritos de angustia.
El pecho estallará en ansías
Y habrá momentos de tormentos
Seguidos de silencio sepulcral.
Solo Dios puede calmar
Los dolores que moran el alma
Hasta aplacar a las bestias
Y dejar el espíritu morando en paz.

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