He cerrado la puerta
para que no entre ella,
la abandoné afuera
con una daga punzante,
no le di excusa...
la dejé desaguándose
para que expíe sus culpas
Ella era un mosaico de penas
un alma primigenia
de vetustas cepas
en largas fermentaciones
de silencios
Era un elfos
-en algún tiempo-
de ropaje blanco
como una dama del alba
Ella era un reto
un desafío a mis neurónas,
era demasiado evidente
me hacía sentir
una causa perdida
Me dejó la herencia
de una mente incrédula
de una vejez prematura
y mis manos áridas
Ahora nunca más
partiré descalza
reptando las heridas
arrastrándome
sin rumbo
Porque le he cerrado la puerta
con una llave olvidada
para que no entre
( Ella era un elfos
un desafío,
una pagoda )
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