Llevo dudando si escribirlo.
Si sacarlo de la carga de recuerdos que abruman.
Si volcarlo en canciones o llevarlo a puerto…
Para que el barco navegue más ligero,
más fino, más suelto.
Gente que se convierte en humo,
Productos ilusorios del reflejo.
De todas las semillas mal plantadas.
De la esperanza y su compañero oculto:
El miedo.
Así que dejo toda esperanza,
que no es más que esperar un futuro incierto…
Y tomo el día exactamente por los cuernos.
El toro que todos esquivamos, deshaciendo…
Deshaciendo como única intención,
La madeja que se lió hace tanto y tanto tiempo.
Un acuerdo sagrado con el abismo espero,
Uno que te lleve aún más lejos.
Que saque a luz todos los dramas y suplicios,
Que borre los límites entre el cielo y el suelo.
La noche haya sido entonces, un feliz encuentro.
Y el amanecer, perfecto…
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