Llego el adiós
No por el silencio que golpeaba mi destino,
ni por la tenue métrica distancia,
tampoco fue el declive de mi esencia,
ni el consorcio liar de tus mañanas.
No fue por la orfandad de tu presencia,
y el mustio murmullo en tus palabras,
fue irremediablemente,
por los fantasmas que habitan en tu alma.
Bello...me sono a una agotadora costumbre que hay que terminar...:)
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