lunes, 29 de agosto de 2011

Sedienta palabra (Vari Fernández Abella)

El carmín desparramado por los labios desconcertados, inunda recuerdos,
la blasfemia de la dulzura quebrada, estiliza la ignorancia,
rizadas olas en el pulso de las venas verdes lagos prófugos,
el candelabro de luces y sombras acentúan la nostalgia.
Goteras de hielo blanco que desbocan las entrañas,
plagio de realidades ya vividas , membranas atenazadas,
prófugos equilibrios empañan la dúctil mirada,
cromosomas desparramados en el transcurso de la danza.
Sombreros de copa de estúpida estampa,
sonatas lúgubres destripan la audaz sorpresa macabra.
Ríos de inconsciencia acucian la muda palabra,
jirones de temores en los lindes del pentagrama vacío de sonrisas,
sembrados de arrogancias temidas en la psique torturada,
ciclo de carencias célibes , catarsis redimida.
Pasado con efecto retroactivo, narcosis en el intelecto,
sueños paridos por nefastos resquicios de esperanza sepultada.
Lujuria en la mirada seca, sepulcro ausente de cuerpos,
abismo de equidades, estrella de David de puntas limadas.
Librería oscura del pensamiento muerto,
esclavos que gritan en el jardín de los ansiosos momentos,
gusano que repta por la piel infección de entuertos,
sabios que carecen del coeficiente ,de etéreos manuscritos del deseo.
Lágrimas que salan océanos de tinieblas,
cobayas de amantes de versos, preñados de desidias elaboradas ,
cenicientas en busca de hadas perfectas,
Romeos en busca de Julietas en la imperturbable mirada.
Suicidio de bellas palabras....

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