martes, 16 de agosto de 2011

Encuentro (Patricia Ferreyra)

Cuando el vacío se abre
para abrazar la espera
todos los relojes acuerdan
el encuentro.

Si es por piel,
por palmos de silencios
que ahogan mis labios
mientras buscan tu tibieza,

o por mi tacto
que recorre lo que ya
no imagino;
te miro con las manos.

Te descubro
me descubres
somos tan transparentes
ahora.

Nosotros
asesinamos a los relojes.
Mutilamos cada marca
de cuadrante
los dejamos mancos
frente al tiempo.

En el encuentro,
la inexistencia
del futuro
me devuelve a vos
como la muerte
al polvo,

la permanencia del hoy
me entrega entera,
y soy,
cuna y abandono
colina y meseta
hoy.

Los relojes
acordaron el encuentro
y ya no existen.

Los asesinamos.

No sé cuál es mi cuerpo
ahora
todo es mío
todo es tuyo.

Ahora

tu espera
tiene el ritmo de mi tiempo,
generosa y mutua,
divina,

en la cima gritaré
y será el alud,
soberbio y arrasador,
colmado tal vez de improperios
salvajes
o dulces te amo.

Todo vale,
menos las horas.

Pobres relojes,
desnudos de tiempo
igual que nosotros
nos vestimos de celo.

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