lunes, 8 de agosto de 2011

Noche salvaje (Antonio Pérez)

En la humedad fría de la noche
se abren puertas, ventanas y balcones
y el telón de la apariencia se desliza.
Ebrios bardos, rameras sin techumbre,
capitanes sobrios, unidos soldados.
Todos retozan de la tierra.
Se detienen, se balancean, se jactan necesidades,
se serenan semejantes,
planean,
enredan y
anclan sus cuerpos en la miseria.
Promiscuo arquitecto de la calle
donde calma su sed, la sangre.
Gesto simétrico articula la mano
arriba, abajo, delante, detrás,
de frente, a un lado,
sembrando sueños que germinan al mediodía.
Podredumbres, blenorragias,
sobre las luces que ciegan las sombras
en la paciente espera.
Carcajadas y lamentos armonizan jolgorios
que destierran batallas particulares
en los brebajes y las fingidas visiones.

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