lunes, 13 de junio de 2011

No pidas peras al olmo (M.J. Marín)

No pidas peras al olmo,
que el olmo sólo da leña,
y algunas veces hojarascas,
que caen ya al suelo muertas;
si vas buscando la sombra
que un árbol da en primavera,
aléjate de ese olmo,
inútil será tu espera;
ni creas que dará frutos
porque está junto a la higuera,
ni flores echará una,
¿no ves que es dura corteza?
Está en el mejor lugar,
sembrado con rica tierra,
seleccioné las semillas,
evito las ventoleras,
las lluvias muy abundantes,
lo mimo como a violeta,
lo riego como al jazmín,
Le quito las malas hierbas,
Y siempre le da el sol,
le hago mis confidencias,
le secreteo mis amores,
le cuento todas mis penas.
Vano esfuerzo el mío,
porque indiferente queda.

El olmo no es más ni menos,
ejemplo para el que sueña,
que le invita a bajar
de esa nube vaga e incierta,
a despertar a la vida,
a luchar con las quimeras,
es un grito de verdad
de los labios de la tierra;
es el más sabio consejo,
de la gran naturaleza…

No hay comentarios:

Publicar un comentario