martes, 7 de junio de 2011

El descanso de guerrero (Chema Elez)

La espada yace inerte,
su túnica...colgada,
las manos temblorosas
de tanto acariciar.
Los labios agrietados,
exhaustos por los besos
que humedecen la puerta
del deseo antes de entrar.
La lengua yace cansada
tras los muros de sus dientes,
ha reptado cada poro
cual lujuriosa serpiente.

Andrómeda observa el cuerpo
del guerrero en su descanso;
recuerda a un potro salvaje
y muere por cabalgarlo.
La vista fija en el torso
musculoso de Perseo,
destila sobre sus muslos
dulce néctar de deseo.

Vuelven a escalar los dedos
de Venus el alto monte
para ir a buscar la cueva
que mil placeres esconde.
Y la lengua otra vez viva
serpenteando la piel
hasta encontrarse en los pechos
y saborear su miel.

Cabalga ninfa, cabalga
en el potro de los sueños;
cabalga antes de que el sol
funda de luz vuestros cuerpos.

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