martes, 31 de mayo de 2011

Átame (M.J. Lasala)

Esa noche tenía enormes deseos de pasión desenfrenada, habían pasado demasiados días desde la ultima vez que hice el amor con un hombre.
Me acosté como cada día en mi fría y abandonada cama, pensé en satisfacerme con mis dedos o ayudarme con ese pequeño vibrador que hace unos día había comprado en esas espantosas reuniones de mujeres, (tupersex).
Cerré los ojos unos segundos, suspiré con profundidad al sentir un cálido aliento rozando mi cuello, no quise abrirlos, solo me deje llevar...
Unas manos fuertes se apoderaron de mi cuerpo y yo pensé que ya no quería seguir pensando, que a partir de ahora me dejaba hacer...
Noté como ataba un pañuelo en mi cabeza, la tela se ciñó a mis ojos y dejé de ver para dar paso a la oscuridad absoluta.
Una boca se apodero de la mía, una lengua húmeda y dulzona se adentro en mi boca, jugueteando con mi lengua, con mis dientes ,con mis labios...
Cuando quise responder a sus besos, apartaba la boca de mi y yo quise sujetarlo con las manos, las agarró con fuerza, asiéndolas por las muñecas y sentí como las ataba al cabecero de la cama...
Sus labios se acercaron a mi oreja y susurrando me dijo, no sabes cuanto te deseo, no temas, solo quiero hacer tu sueño realidad, quiero que goces hasta gritar y que acabes extenuada de tanto gozar...
Como si de mil dedos se tratara, comencé a sentirlos bajar despacio hacia mis pechos, mis pezones se pusieron erectos deseando se rozados y mosdisqueados por esa boca que tanto placer me iba provocando con sus susurros.
Los apretó con las dos manos, los estrujo haciendo que el dolor inicial se volviera placer y mientras se recreaba en ellos con una mano, con la otra bajaba hacia mi pubis con cierto recelo, haciendo círculos con sus dedos alrededor de mis labios, rozando apenas y consiguiendo gemidos ahogados y suplicas por mi parte de que me diera mas...
Introdujo sus dedos, rozaba sus alrededores y poco a poco un sofocante placer subía desde allí a mi garganta que dejaba escapar jadeos entrecortados.
Cuando parecía que por fin la explosión de un orgasmo se acercaba,dejo de acariciarme y agarró fuerte mi cuello, apretó suave, haciendo que el aire entrase con cierta dificultad y entonces siguió con las caricias frenéticas hasta que estallé en el mas intenso placer que jamas había sentido.
Sin apenas tregua se introdujo en mí, sentí en mi interior como un hierro candente amenazando abrasar mis entrañas y cabalgo sobre mi con frenesí inusitado, entraba una y otra vez y su respiración se iba acelerando por segundos, de su boca salían calientes palabras que enervaban mi renovado deseo.
Tras varias embestidas con diferentes ritmos, sentí dentro de mí sus efluvios calientes y sin poder resistir por mas tiempo me uní a él en su éxtasis desbordado.
Cayó desmadejado sobre mi cuerpo y acercando de nuevo su boca a la mía, sobre ella y entre suspiros me soltó las manos, me beso largamente en la boca y lanzó una esperanzadora amenaza...
VOLVERÉ...
No supe nunca quién era, no reconocí su voz, quizá nunca la había escuchado, solo sé que cada noche lo esperaré ansiosa, sólo fue un aperitivo de lo que será la próxima vez...

1 comentario:

  1. Alguna vez, en alguna ocasión... soñé ser ese hombre.

    J

    ResponderEliminar