domingo, 29 de mayo de 2011

Otros ocasos (Eve Violeta Gauna)

Las agujas del tiempo
nos hirieron.
Fuimos delirio
de un ángel casi profano
que inventó
para nosotros madrugadas.
Nuestros besos
fueron el pan de cada día
y devoramos
el amor hasta los huesos.
Nos bebimos la frescura del rocío
convirtiendo
paraísos en desiertos.
La pasión,
como un rey viejo y muy cansado,
contempló
el ocaso de los soles,
y vaticinó
el final de su reinado.
Un destello de tristeza
estalló en mi mirada
y sonreí al ver mis manos
sosteniendo mil hilachas...
Era todo lo que quedaba de mi alma!
Y no pude dejar de sonreir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario