Parte de mi ocaso a tu mañana
la diàfana armonìa inconfesada
que anoche aguardàbamos sin màs
en medio de caricias excluìdas del telòn
nuestro escenario no era màs
que sùtiles pràcticas a la vida
lanzarse sin pulso y sin entender
còmo se es màs mujer
cuando se da la cara y el alma
ante las mentiras y ataques
ciegos de los celosos y desiertos
corazones embriagados de sì mismos
parte el tono gris de un ayer en desventura
no olvido las voces que tenìas
la ùltima, de odio hacia ti misma
me diò miedo convencer
que eras tù, mas error
es tu lema, no supiste vivir ni tomar
lo que yo no puedo ni debo culpar
ante mis escasas experiencias
nunca anduve a la mar...
Hoy se me ofrenda, las velas izad!
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