Me encuentro diminuta, desfallecida
como una fiera anochecida y moribunda
presa de la trampa de mi existencia
queriendo alcanzar la bondad de un sueño
que me redima de mis pecados
Me levanto y me contemplo ante el espejo
me observo, me vigilo y me indago
descuelgo de mi cuerpo
el pijama de olor a muerte triste
y en silencio me visto de mi misma
Los sentimientos en desorden
se reflejan alarmados
admito que no soy yo la que miro
¡y eso me anima!
Ruego por mi, para que el viaje
a los avernos se desvanezca
y el sudario de gala no me sirva
Me he levantado
más temprano de la costumbre
debí permanecer escribiendo
exhausta hasta la madrugada
Ahora estaría dormida
desvariando un sueño
perdida entre las sabanas
y no estaría sollozando
alumbrada por una bombilla
contemplándome en el espejo
enturbiando la mañana.
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