Mirándome en tus ojos amanezco
luz de oriente. Espejos de la noche
fueron los míos, soledad despierta,
hebras de eternidad desvencijada que escucha en el silencio sin retorno
clamoreos de viento, entre las hojas.
Mirándome en tus ojos me descubro
flor de mayo, arroyo cristalino,
suave brisa de aromas a canela.
Extraño sortilegio es tu mirada,
que enciende mi hermosura en el olvido.
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