Es un hombre de edad avanzada
que mira pasar la vida,
tras los cristales de su ventana.
Un grupo de niños jugaba
a las chapas y a las canicas,
él, sólo a uno miraba.
Unos adolescentes paseaban
con cara de enamorados
al chico el solo observaba;
chico que al paso de los años
la universidad acababa.
Más tarde, un matrimonio con niños,
Pasa por su ventana.
¡cuántos años han transcurrido!
Se le acerca una hermana,
Y le susurra al oído,
Hay que cenar, y a la cama.
El tacatá va cogiendo
Dejando atrás sus recuerdos.
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