-¿Qué buscas en un hombre?- pregunté a mi amiga en un lapsus de silencio compartido.
-Un gran corazón.
Me extrañó su respuesta, siendo como era ella, sofisticada, sexy,
voluptuosa, guapa y sincera. No me encajaba como soñadora, sensible,
enamoradiza y absurda como yo.
-Repito- le dije -¿qué te gusta más en un hombre?
-Su gran, gran, gran corazón,
No me lo podía creer, esa no era mi amiga.
Le dije -¿no buscas inteligencia, cuerpo, sexo, cartera...?
-No, solo lo necesario, que tenga un gran corazón.
-Explícame éste rapto de romanticismo.
-No se trata de lo que tu piensas- respondió.
-Tú dirás...
-Quiero un hombre con un enorme corazón, si es diestro o zurdo me da igual.
Me quede perpleja un rato, ella tenía en su cara una sonrisa
"madonnática". De repente planto su mano frente a mi cara y recogiendo
todos los dedos menos uno, me dijo.
-Éste corazón...
-¡Ay qué guarra!- respondí- "¡pero que rico!"- pensé...
No hay comentarios:
Publicar un comentario